lunes, 15 de diciembre de 2008

Sobre la maldad.

Sois mala gente.

Os tengo calados.

Aun cuando sepáis impostar una sonrisa a última hora; cuando el dossier, con todos los datos, nombre, fechas y circunstancias, se halla solamente pendiente de rúbrica. Y acaso una palabra de ánimo aflore desde las cloacas hendiondas de vuestra maldad e ilumine de luz misteriosa y apacible lo más severos rostros de gestos desabridos.

La canalla habilidad de la jauría exhibe portentosa sus malas artes. Un ejemplar a solas solo es un gatito meloso capaz de enternecerte con sus retozos y ronroneos, con su desamparo que despierta instintos tutelares al más descuidado y al más patán.
Pero la manada engulle su ternura y la amara con horrísono aullido que enmascara otrora melodiosos sonidos inocentes.
Y se turna en dolorosas dentelladas que siempre encontraran carne que hollar en doliente punzada para saciar recurrentes dosis de sangre nunca derramada.

Los tiros que dan al alma, que dirían aquellos.

Que nada.

Que este es mi blog y suelto en el lo que me da la gana.

Faltaría más.

Pero sabedlo que lo se.

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