jueves, 11 de diciembre de 2008

Capítulo XVIII

Se le ha olvidado esta vez poner el núm. de capítulo -y en romanos que queda más fetén-. Al nuevo figura del periodismo que tesonero le llena al agradecido hacedor toda una página.

Penoso de nuevo en su púlpito, enmascarado tras su cínica sonrisa de pillín (aun cuando pretenda hablar ex catedra); usando -aun cuando moderando significativamente su tono general desabrido y chulesco- términos descalificatorios hacia determinados turistas por razón de su poder adquisitivo. Por su bajo pelaje, vamos.

Lo más increible, no obstante, es que se atreva a decir que tenemos que amoldarnos a ellos. Es decir, que para ellos hay que poner las birras y los cortados a 50 cm. Que si no se largan a otra parte donde -no lo dudo- les sale todo más barato y les dan más prestaciones. De todo tipo. Tales como masajes playeros en orondas panzas.

Ya es bastante con que ellos se lo regalen en un patético all inclusive -inclusive pack con toalla anunciando a Paquirrin y Cayetano mano a mano en Puerto Banús, palas y chanclas flamencas y Mp3 con refrito veraniego (Giorgi Dann y grándes éxitos del Fary y Manolo Escobar en versión "dance"). Por el no se perdería si pudiera haber contratado sin problemas mano de obra ilegal en sus colmenas.

Que se calle ya este tipo que lleva medio año diciendo lo mismo -aunque hoy le han pasado un papel con formulitas garabateadas que da más empaque sin duda al tocho-.

Que dura es la jubilación del emprendedor y del magnate.

Que de la nada hizo muchas cosas. Todas para él.

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