lunes, 1 de diciembre de 2008

El fracaso del capitalismo

Demasiado título para tan poco contenido. Ya aviso.

Miradlos ahora implorar justicia cual magnates caidos en casinos, proferir sordas melopeas broncas masculladas entre dientes -cagándose en Zapatero ya como muletilla-; pero que no tendrán la prestendida dignidad de naufragar con la empresa que nunca supieron crear; como los heroes decimonónicos que engendraron la turbia y endogámica oligarquía industrial.

Que por no pagar no pagaron ni la furgona, que se les quedó en el tercero de los seis años de leasing en cómodos plazos aunque consiguieron primero ponerla a nombre de su parienta -al igual que la sociedad que les hizo el oficial de la notaría- y luego endosarla a un pobre incauto recién llegado de ultramar amante de los carros grandes.
Ellos, que nunca dieron palo al agua, desertores del arreo, la mula y del arado en campos desiertos, rasgarse sus vestiduras impostadas y escupir al suelo de rabia.

El ahorro no fue tampoco su virtud.

Que lo que pillaron lo bien fundieron -o volatilizaron-, y eso que se llevaban limpios 6000 al mes construyendo barracones de cartón piedra.

Y a aquellos que al segundo año de hipoteca de "a treinta" ya pillaban otra casa para invertir... ¿invertir en que? Para que luego se quejen de los precios que ellos con sus cambalaches contribuian a elevar. Y luego vendrán con el cuento de los bancos y la inestabilidad internacional, y la falta de liderazgo
Explota la burbuja inmobibliaria que ellos mismos han contribuido soplo a soplo a hinchar.

El mito del capitalismo se ha venido abajo. Nos vendieron que cualquiera puede hacerse rico desde cero. Y una mierda!!! Cuando muchos trincan la mercancía pierde valor y se evapora.
Y se mantienen los de siempre.

Para que uno sea rico, mil tiene que pringar sin derecho a prosperar por muchas milongas que le cuenten.

Bien lo saben ellos.

La era de las revoluciones volverá.

Aunque yo no la veré.

Pero tampoco me haré promotor de barracones ni inversor en colmenas.

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