viernes, 19 de diciembre de 2008

La fiesta del petardo

Petardeo gozoso y hedor a humo emponzoñado en la plaza. Junto a los taciturnos porretas -consumidores habituales del petardo genuino- que nunca molestan, entrañables, educados, perfectamente integrados en el paisaje urbano, en su mobiliario.

Alborozo canalla de pandilla arrabalera de imberbes mal hablados tras dura temporada de estudio -confinados en rincones hendiondos- celebrar con humo y birras las vacaciones escolares. Se lo merecen, que coño. Viva Papa Noel! y la madre que lo pario!
Miradlos ahí tomando los rincones y callejas con rostros atontados. Será de cansacio seguramente...

Estas fiestas dan mucho juego sin duda. Tienen muchas facetas. De las más genuinas sin duda, la vagancia ociosa de los chavales que no saben donde meterse. Y que disfrutan tirando petardos conseguidos en la trastienda del bazar o el kiosko -ya veis,e n la clandestinidad-. Sobre todo a los ancianos.

Siempre hay gente a quien molestar.

Navidad, tiempo de paz, de buenos propósitos, de voces insolentes arracimadas profiriendo groserias en la calle, de olor a pedo rancio inundando el atardecer.

¿Porque no se iran a pescar?

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