Dejémoslo que crezca

Ha nacido ya. Aleyuya, Aleyuya. Las misas dichas. Las visitas cumplimentadas. El buey y la burra enternecedores junto al pesebre, y los pastorcitos entrañables.

Dejémoslo en paz pues. Dejemos que crezca ya vayamos a lo nuestro.

Pasemos página y vayamos a lo que importa:
Que se desate la euforia, que se aflojen los bolsillos en apoteosis consumista. Que ahora es el momento adecuado para todo. De poner el plasma de 42''; de comprarle la motillo al chaval que sus colegas se burlan de el. De renovar una vez más la vajilla y la cubertería. De ser más espléndido que los demás.

Que se mantengan no obstante como ruido de fondo los villancicos. Que también al redentor le tocará su su ración en sabio colofón festivo que circunda y remata esta orgía consumista perfectamente acicalada.

Demostrémosle al pobre comerciante que a pesar de la crisis continua habiendo alegría; aun cuando habrá que reparar alguna baldosa de la casa.

!Comprad, comprad malditos¡