domingo, 31 de mayo de 2009

las europeas

Patético espectáculo electoral.

No muy distinto tampoco, es cierto, al de las ocasiones normales. Que material para regalo siempre lo hay.

Para las europeas.

Para ese espantajo llamado Parlamento Europeo donde se retiran los dinosaurios afortunados a contar batallitas y chatear por internet.

Allí donde merecería estar Rajoy tras tanto tiempo dando la cara. El más digno perdedor.

Son unas elecciones absurdas; a una institución sin competencias de una estructura internacional en que nadie cree. Y sobradas razones hay para ello -la primera es la que nos la endosaron sin preguntar-.

Ensayo patético de mítines y latiguillos electorales. Campo de pruebas.

Pero siempre habrá rosas y besos para las pescaderas. Y material de regalo que se obsequiera con displicencia en plena calle. Y vino español y birras al final del mitin centras animado por un grupo advenedizo.

Y pana marrón antediluviana.

Y niñatos imberbes sonrientes como fondo naranja pepero, reservando su mejor carita para cuando algún jefe de operaciones les diga que estan en directo.

Patéticas eleccionoes europeas.

¿Y no podía prescindirse de ellas?

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