sábado, 23 de mayo de 2009

Aun recuerdo los crímenes del estado violento

Que se llama Israel.

La tierra de la mala leche y la miel amarga de víboras.

Lo malo es que tendrán razón -su "inteligencia" tiene fama internacional-.

Fue solo un momente de indignación pasajera. Una pequeñita crisis aparatosa. Que con más celo pudiera haberse evitado -ya lo sabrán para otra vez-. Nada grave.

Los mil trescientos asesinados por la violencia estatalizada llamada "israel" (me la suda el origen de esta palabra maldita vinculada para mi por siempre a los niños mutilados, los hospitales y las escuelas arrasadas y al dios gritón, melenudo y loco babeando de placer ante las calamidades que en su nombre se comentían y han venido cometiendo) han caído en el más internacional -casi olímpico- olvido.

Solo son material de archivo de películas que encima relatarán sus gestas criminales. De ambientación de videojuegos emulando hazañas de Jonnys y Charlies. Ante la ovación general. Y las obscenas muestras de placer de la juventud contaminada.

Y la magia negra de Obama todo lo enjuaga como por ensalmo.

Maldito estado nacido del odio unido de gente desarraigada.

De hampones internacionales.

Malditos criminales.

Mala gente.

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