jueves, 7 de mayo de 2009

El lumpen hotelero

La mayor desfachatez que oido ultimamente -es su tiempo de lamentos- a estos genuninos y característicos caraduras es que el all inclusive es un loable invento hotelero -una necesidad imperiosa- para paliar el mal servicio que que se en los ignotos lugares donde los elefantiásicos establecimientos se implantan. ¡¡Que vergüenza!!

Típicamente hotelera.

Penosos lloriqueos.

Y no disculpo a los zaquizamis inmundos cuyos amos -que no curran en ellos- y usando su jerga "viven" de la venta de castañuelas, banderillas, camisas con toro, bailaoras de peluches y toallas anunciando "soberbias" corridas mano a mano entre los dos paquirrines en Puerto Banús (justo ahí al lado -aunque se han agotado las entradas). Ni mucho menos los chiringuitos que se forran expidiendo fletan canadiense y paella findus. Y sangria dond simon y birra aguada a 3.-Euros la caña; tirada por melenas manolero con camisa de papagayos, que será tan generoso de regalarte un puñado de cacahuetes.


Pero lo anterior es lo verdaderamente detestable. La desfachateza hotelera que considera que ellos son los señors y amos de todo y que todos viven gracias a ellos; magnánimos alimentadores de turbas paniaguadas o famélicas. (en realidad, viendo abrir y servir descomunales latas de alubias con tomate en el bufet del desayuno para sus propias mesnadas hambrientas realmente lo parecen).
Fanfarrones que consideran que todo lo que está junto a ellos es simple oferta complementaria; complementaria de su servicio.
Anexos, apéndices a los que se ven con cojones de dirigir. Cuando estos son los que les recogen la basura que ellos en octubre no se llevan y pagan los impuestos de que ellos se eximen.

Mientras a unos se les piden "papeles" por un bafle limitado en la terraza para animar la velada cerverca de cuatro holigans, a ellos se le subvencionan todos los años sin hacer una mínima obra que evite al menos el pestazo que despiden sus cocinas. O para que su mierda no vaya a parar directa a mar.
Recuerdo el vergonzoso espectáculo de tantos años de los dos cañones impulsando mierda al Lago de Cala en Bosh; inyecciones impenitentes de las que jamás se recuperó. El mayor banco de pesca contaminada imaginable. eso si, menudas lisas y capplans dicuriían amenazadores por sus aguas turbias!!

Desfachatez hotelera. Inmundos conglomerados de favelas hacinadas adquiridas por hoteles Paquito que ni recogen la basura cuando se largan a final de temporada.
Prepotentes empresarios que a todos quieren convertir en figurantes de una gigantesca escena de la que ellos son los que se reparten el beneficio que queda -tras haberlo pillado los empaquetadores internacionales y comisionistas-.

A todos tristes extras de patéticas representaciones -son poco exigentes al menos sus clientes- para tipos que no saben ni donde se encuentran (salvo en "Ejpaña", sol y toros y chiqui chiqui); y que la única vista que les importa es la de la piscina, respecto de la que con encono luchan por la zahurda que tenga el camino más corto hacia ella.
Y que haya barra libre también por la noche; para llevar botellas vacías de soberano que se llevaran a su casa al terminar sus dos semanas de sol de España.Coñac que Hoteles Paquito "por supuesto" proporcionará directamente desde sus siniestras destilerías mallorquinas.

Hoteleros.

El lumpen del empresariado.

Hace falta una renovación y un nuevo modelo ya.
BAsta ya de Hoteles Pancho, Fiesta Loca´; sangría y paella. Y bingo.

Por cierto que como cada año -en esta mínima y escalonada renovación- se pueden ver junto a los contenedores adyacentes a estas remozadas ristras favelas o arrabales de chabolas, obscenos, colapsando el servicio municipal (todo para ellos); pilas de colchones roidos de rata y amarillos que parece mentira como hayan podido durar tanto.Ya se los hubieran podido llevar además al acabar la temporada.

El turismo no ha arraigado en esta sociedad.

Por desgracia.

Y por culpa de los empresarios.

Que de este sector, y particularmente aquí, constituyen el lumpen.

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