martes, 19 de mayo de 2009

La butifarra de Abidal (o símbolos de un pais)

El FCB ha hecho una gran temporada practicando un futbol que en concesión a la patética jerga al uso en el sector puede bien calificarse “de ensueño”; han jugado “como los ángeles”, etc..... Y, ello con más mérito aun, tras una temporada anterior nefasta y sumida en las típicas crisis a que es tan dado este club que, como pocos, tiene problemas de estabilidad. Y en la que Laporta, contra quien la afición clamó toda la temporada, y que ahora se jacta de tener proyecto aguantó solo porque no apareció nadie más para asumir la enorme responsabilidad de ostentar tal caro –solo equiparable a la presidencia de la Generalitat....-. Había de ser una temporada apuradilla; de circunstancias. Con un una mínima inversión, entrenador de la casa –que terminó tristemente su carrera profesional- y cuatro retales y "repescas"; pero que ha logrado, contra todo pronóstico, realizar esta temporada inimaginable.

No ha tenido rival. Aunque sorprentedentemente este –para colmo su “enemigo tradicional” logró inexplicablemente hasta casi el final a tener opciones de hacer sombra a la prodigiosa luminosidad del arte futbolero-. Pero, al final se hizo justicia y –fallando acaso los secretos resortes del club imperalista en el poder- sucumbió estrepitósamente en el momento decisivo ante el explicable jolgorio de la afición culé.

Muy bien. No cabe, a los otros –los madridistas-, ninguna otra cosa que felicitarlos. Agachar la cabeza. Pegar el portazo, proferior algunos exabruptos ante el horrísono sonido de los cláxones de conductores borrachos saliendo del bar donde en comuna han ido a ver sus gestas últimas. Y joderse. No que da otro remedio. Y a trabajar a la mañana siguiente.

Otros tiempos llegarán.

Lo que ya no es de recibo es que turbas de skinheads violentos tengan derecho a micrófono en horas de máxima audiencia para proferir su aullido violento y amenazador. Aquellos nazisque lograron ser expulsados del Camp Nou en la mejor y más valiente gestión de Laporta durante su feliz mandato –ciertamente ejemplar y con un talante desconocido, a las antípodas de los clásicos energúmenos que han ostentado la presidencia cule tradicionalmente- en que ha logrado normalizar las relaciones del club con los demás.

Y tampoco es de recibo –aunque previsible- que aquellos a los que no les gusta el futbol ni el deporte politicen los éxitos de un club transformándolas en “gestas deportivas de un pais” –defendido entonces por soldados de fortuna extranjeros multimillornarios-, y den mayor relevancia al que es un trofeo claramente secundario como es la Copa –que puede ganar cualquiera- y solo porque les sirve para montar el pollo político. De hecho en Mestalla, la afición del Barça fue absolutamente minoritaria –en consonancia a lo que es un trofeo menor, absolutamente devaluado-. Y los que allí acudieron no fueron para ver fútbol sino para montar la bronca. Y hacer el tonto

Distinto era el caso del Atletic para quien si que era importante la Copa. Un club ejemplar y coherente como pocos cuya afición si que necesitaba el éxito deportivo –que no político-. Y que fue acreedora, por muchos hermanamientos y tonterías cibernéticas entre cuatro bandarras de siempre, de una soberana butifarra por uno de aquellos soldados mercenarios que han “encumbrado al pais” y “humillado al enemigo”. Será, claro esta que este butifarrero –gesto típico de jugador blaugrana (y siempre jaleado)- se hallaba desubicado y no sabía que su gol –un golazo por cierto- tenía una simbología transcendente. Que, en realidad, no era consciente que no se encontraba simplemente en una cancha de futbol jugando un partido, sino reivindicando un pais. Alguien debía habérselo explicado mejor.

En todo caso, valga la butifarra de Abidal como símbolo también de heroicas gestas catalanas –imagino que este mercenario aunque tenga derecho a tal nacionalidad por carta d enaturaleza, no dudará en enrolarse en ejercitos de otros paises si le llenan más su cartera-; en magnas palestras, cual titanes haciendo frente a las bestias –los leones- a los que con invocación de San Jordi consiguieron derrotar.

Aunque hubo un tiempo que las butifarras se llamaron bananas.

El Barça ha hecho una gran temporada, ha jugado muy bien y le felicito. A su afición honrada. No a los boixos-skins que montan bronca, insultan, amenazan y causan estragos; ni tampoco a los que no les gusta el futbol ni el deporte y se inmiscuyen en el para politizarlo.

Y no creaias, tampoco he sufrido mucho por las debacles madridistas; así que ahorraros más butifarras; blancas, negras o blaugranas.

Coméoslas con patatas.

Lo que es triste es ver a gente intelectual pretendidamente seria ir de la mano con borrachuzos y turbas de violentos.

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