Sin metáforas ni ropajes. Ni remiendos ni tapujos.
Hoy han echado a una compañera del trabajo. Con quien mayor confianza tenía.
Por ningún otro motivo que no sea por el capricho resabiado de un par de inútiles que se hicieron y se hacen -con sorna- llamar compañeras.
Patéticas chivatas, infiltradas por este bandarra que yo para cachondearme de él llamo a veces el Amo.
No les gustaba que trabajara bien y con seriedad y discreción. Y que dedicara tanto tiempo a un pobre infeliz como yo recién llegado. Y para fastidiarme a mi -en el colmo de la desconsideración humana- decidieron difamarla y provocar la decisión implacable -"dolorosa" dirá falsamente compungida la jefecilla con sorna-.
La han echado de forma vil y cobarde. Diciéndole que no hay trabajo -la crisis y tal y tal-; cuando a todas horas se dejan escuchar los quejidos lastimeros por tanto trabajo.
Ellas pero hoy justifican al Amo, antes incluso que el dictara la versión oficial -lamentable y patética como el solo y que para colmo me ha intentado endosar incluso a mi-.
Salvo una pobre incauta que se ha precipitado a tener conmigo unas palabras dignas; antes de que la envuelva la mentira.
Hoy han echado a la única persona de la empresa que valía la pena.
Malditas seais por siempre "compañeras".
Y malditos sean ellos "los Amos".
Y maldita sea la empresa donde tras cruel engaño me pudro sin posible redención.
Que los humeantes sueños lleguen algún día a hacerse realidad.
Aunque de mi no se hará nadie cargo.
Porque soy un fantasma en la empresa.
Al que negarán en su momento conocer.
Los peores en el peor momento
Hace 4 años
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