jueves, 14 de mayo de 2009

La putilla de ayer

Sigue sonando esta odiosa canción machista a todas horas.

Susurrada por tantas que acaso inconscientes se siente en su papel de anónimos objetos del manoseo y baboseo tras los restos del naufragio y la zozobra de noches turbulentas buscando rollo y pillándolo al final. Ya por resignación y rutina.

Da igual si es con Antonio.

El puto amo de todas las chavalillas anónimas de todos los ayeres.

Patética canción que desde luego, si constituye lo más señero del repertorio de artista, es para desterrar para siempre la intención de aproximarse a su legado tan cacareado estos días. y desde hace tanto tiempo.

Antes de que muriera.

Nunca me gustó este tipo.

Ni me cayo bien.

Que descanse en paz como todos.

Y los que esperabais este momento para beatificarlo, seais de enhorabuena.

Cuanta tontería hay por el mundo.

Y sigue sonando dulzona la versión original de la fulanita de ayer.

De hoy y de siempre.

Encarnada al parecer, y orgulosa, en tanta adoratriz peregrina.

Lo siento, nunca me cayó bien Antonio Vega ni su cohorte de aduladores (más bien aduladoras irracionales).

Que, junto con todos los fallecidos de estos días, descanse en paz por siempre.

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