Son malas

E indecentes.

Chivatos que se venden a cambio de nada.

Del placer que os brinda la humillación del que tenes la desfachatez de nombrar como compañero.

Solo obtenéis placer con el dolor ajenos. Y con la pasadita por el lomo del Amo amado. Al que ni tan solo le exigís una paga, un permiso extra ni otra prebenda -entregadas totalmente a su disciplina y su dominio- que ver su rostro de impostada satisfacción en el que -idiotas- no sabeis percibir en vuestra estulticia el hastío.

Patéticos ejemplares cotidianos de la miseria humana.

Pero siempre encontrareis un compañero, compañero que os hará de sostén en vuestras inevitables cagadas. Limpiando el marrón de vuestra indencia.

Hoy por ti mañana por mi.

Y siempre con Él y por Él.

Y siempre contra ese.

Malditas.

Que os aproveche.