domingo, 12 de abril de 2009

de nuevo el Amo

Es tan poderoso el Amo que deja que te desahogues demostrándole su ira.
Que te hagas el digno y le cantes las cuarenta.
Lo que será celebrado con gachas cabezas y miradas esquivas por los colegas de cuerda.

El ha cegado las salidas; ha cercenado las posibilidades de huida; desactivado las perspectivas modestas; aguado las ilusiones difusas.
Sabe incluso que tendrás que disculparte y postrarte a sus pies.

Aunque en apariencia digno se mostrará condescendiente y comprensivo. Y te perdonará la insolencia.
Cuando vuelvas al tajo. Su factoría implacable de sistema infalibles donde todo es suyo.De donde no se sale.

O se sale de noche. A oscuras. De tapadillo. Con una furgoneta sin luces esperándote en el callejón vecino.

Solo en turbias ensoñaciones contradictorias -placenteras y desasosegantes- ella arde entre multicolores llamaradas.Y crepitar de maderas nobles. Que no llegan a ser ascuas.
Y bucles ridículos -tics esquizofrénicos- de máquinas inteligentes.

Ella es incombustible.

Ella es aterradora.

O con los pies por delante.

O con una insignia que reconozca los largos años de dedicación y una palmadita en la espalda; mientras ya desbaratan tus cosas y disponen la rápida y prosaica sustitución de la pieza del engranaje -con toda la pompa rutinaria (no obstante) de las adoratrices bellísimas y severas-.

Una simple pieza que también se fabrica en serie.

Que el Amo es el dueño absoluto de nuestro tiempo precario.

Para que no tengamos tiempo de pensar en otra cosa .

Otra cosa que no sea golper la cabeza contra sus muros inexpugnables.

Siempre dentro de sus muros.

Suyos.

Todo es suyo.

Del Amo.

El Amo

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