jueves, 1 de enero de 2009

Sigue la matanza y la fiesta

La filial americana incrustada en oriente sigue rentabilizando su excedente de armamento que estaba a punto de oxidarse y haciéndose obsoleto. Y sus seguidores se frotan las manos ante la segura perspectiva de un ataque terrestre -de esos que hacen nacer heroes-.
Después de 500 muertos dicen que han matado a un terrorista. Que ya solo por eso en el tercer día de masacre dicen que ha valido la pena. Y que no tienen bastante. Luego concederán una tregua, ofrecerán el sacrificio de los demás a su genuino Dios vengador y furibundo que en su alucinación verán agradecido y satisfecho ante tanta muerte; ante tantos niños mutilados y aterrados.

Maldita religión.

Y los jerifaltes occidentales, no es que se los haya pillado cagando -que todo es posible-. Es que son ellos, y ya se sabe... Es más, sus noticiarios recogen el apurado material que los servicios de inteligencia les hacen llegar en aval de la matanza que, además, les permite -junto con los muertos en la carretera- el difícil telediario en estos días ayunos de gestas deportivas.

Obama tampoco dice nada.

La costumbre de la sangre inocente no evita el renovado sobrecogimiento ante la atrocidad indecente perpetada por este nefasto ente artificioso, factoría de violencia, incrustado a golpes de culata donde no tenía cabida.

Por lo demás el Amo se ha portado bien este año. Y mañana no ha convocado a su redil.

Que bueno es el Amo que nos deja dormir un día más la mona, atento y previsor; y solidario.

No os veré; aunque vuestra hostilidad asalta mis noches y mis días aterradora y casi pienso que me veo más capaz de resistirme en vuestros dominios donde se parapetarme y a veces -benditas fiestas- sabéis conceder treguas.

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