sábado, 24 de enero de 2009

¿Donde está el dique?

El dique ¿Donde está?

El maldito dique.

Sobre el fragor furibundo y ensordecedor del temporal se podía incluso escuchar un lamento agudo. Un gemido lastimero cerca del mar. Coro de incrédulos, efectivamente, con los ojos llorosos miraban el panorama y se hacían cruces y se rasgaban las vestiduras. Otros igualmente se concentraban y sonreían por sus adentros.

El dique, maldito dique, no estaba esta mañana.

No mancillaba su cementera presencia la bahía otrora envidiable. Avasallado, engullido, devorado por el mar furibundo. Aunque algún resto de su material inmundo en momentos de tregua aun se avizoraba. Enn cualquier caso perfectamente inútil.

Rendido y humillado frente al mar que el había de contener, se estaba disolviendo como la mierda en el agua. como la gran cagada que es el puto dique erecto mancillando de la bahía.

Si, ya se, será un espejimo. Y que volverán sus restos, tras la humillación del mar, a erguirse orgullosos de su estulticia frente al paisaje que contamina. Pero al menos ha quedado demostrada su mas absoluta inuntilidad -que no ha sido más que poner puertas al campo-. La espuria finalidad de esta mísera construcción encaminada a dar satisfacción a los cofrades obsesos del cemento que pajareaban precisamente hoy llorosos y gimientes por los alrededores.

Entre ellos rondaba por supuesto el garabatero. Que no garabateará esta vez la humillación de su templo añorado rendido a merced del mar.

Aver ¿Para que coño sirve esto?

¿Donde van a atracar los famosos transatlánticos repletos de vejetes millonarios que vendrá a enriquecer a estos parias que somos nosotros?

Maldito e inútil dique.

Monumento a la ignominia erugido por los que odian esta tierra y la hacen solo materia prima que exprimir para llenar sus bolsillos y sacos sin fondo.

Mirad, si el dique.... Resguardaba hoy la flota pesquera del temporal.

Ahí tenéis a vuestro atentado ambiental a merced del mar que logrará ensuciar pero nunca contener.

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