domingo, 18 de enero de 2009

Preparando su marcha

Mas que nada porque, pobre hombre, el quiere marcharse.
Huido el factotum su creador sin el cual no es que cometa errores o incoherencia, que todos los podemos cometer -y más si sabe hacer paellas para chuparse los dedos-, el problema que no le llegan ni siquiera los papeles cuya solemne lectura en solemnes actos le puede permitir guardar poltrona -a la que ahora ya no tiene apego, como no sea que la hayan encolado interesadamente-.
O le llegan mal. O se siente raro al leerlos. Que no es segura la ovación.
Y ahora mas que nunca se nota con rostros que no lo entienden. Es más ni el entetiende lo que dicen ni que hace ni donde está.
El Hacedor pío pues le remeda una pista de despegue eficaz y discreta, sin aspavientos y alaracas pero tampoco sin furgonas con las placas cambiadas que le llevarán a otros lares.

De ahí aquello tan machaconamente repetido estos días en este lugar si gobierno: habrá sido el último acto público del señor alcalde -al que por cierto se veía tan sereno y casi dicharachero.

No dicen el porque, no interesa. El tampoco entiende los reproches. El ha cumplido haciendo y callando por quien le ha creado y le ha llenado de tela los bolsillos estos últimos años.
Porque con su acto ha traicionado las siglas del partido que -pírricamente- según las leyes electorales vigentes había de ser el gobernante practicando lo que el nunca hubiera imaginado: el cambio de chaqueta. NO el no!!

Pero claro, el factotum manda.

Triste ocaso del mandamas. Triste papel de la oposición que le verá despedirse con garbo y comedido orgullo y que celebrará su última paella por las que será rememorado, así como sus sentidos discursos sanjuanero.

Que esperpento.

Todo en manos del Hacedor para ir finiquitando la indecencia de la toma ilegítima e inmoral de una banda de chaqueteros inmorales.

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