otro domingo mas (el Amo)

Ambigua sensación que no por acostumbrada deja de ser descorazonadora.

Tarde triste de Domingo. Oro viejo derretido en los muros de las casas de esta ciudad triste.

Indeclinable, fatal, el fin de semana sin borrachera aboca hacia su fin. Un fin de semana mas.

Triste sensación de tiempo malhabido. De tiempo desaprovechado. De tiempo que sobra. No obstante el cansancio.

Pero a su vez, nada enjuaga cual bálsamo, las ansias que no mitigan el temor cierto de volver a entrar en los dominios del Amo y asombrarse en sus vericuetos desabridos donde no luce la luz del día; y producir para El. Maldiciendo tanto tiempo perdido y tantas horas ociosas. Malgastadas.

Ofrecer nuestro tiempo para Él. Ser su tiempo. Ser suyos.

Cual adoratriz entregada. Consagrada a la causa. Cuya voz melodiosa -que sabe ser grito cuando se ofrece- unirá al coro de la cofradía y haran menos amargos los días en los dominios del Amo.
Amargura que es miedo de no satisfacer al Amo poderoso.

Al Amo que nos alimenta. Al Amo que nos mantiene. Al Amo que nos regala estos fines de semana que también son suyos.

Oigo ya el tenue crepitar de la factoría en funcionamiento.

Lás máquinas con traqueteo sordo que se desperezan.

Como se desperezan nuestros músculos atrofiados.

Nuestra falsa sonrisa.

Maldito domingo ambiguo.

Triste tarde de domingo.

Turbia mezcolanza entre la desesperación y la esperanza.

Vino amargo que no embriaga.

Poco a poco el Amo me ha hecho suyo.

Que "Que me había creído" - me dijo una bella adoratriz.

Amén.