miércoles, 11 de febrero de 2009

No olvidéis los crímenes de Israel; aleluya...

Los 1300 palestinos muertos por Israel.
Yo no los olvidaré.
De la mano del criminal Olmert sonriente y cínico prediciendo más y necesario fuego -por cojones-; con la bendición de Jehovà (o como se llame el dios loco de la biblia, aquel melenas de los truenos y relámpagos, las plagas, el fuego y la destrucció).

Aunque ahora un tupido manto de olvido sabiamente dispuesto por la maldita "comunidad internacional" -comprada con sucio dinero de traición (dinero Iscariótico) pretenda ocultar cualquier vestigio de la masacre perpetrada en Gaza por lo émulos de Rambo y los mataputas borrachos americanos que hicieron el vietnam.
De los niños mutilados que se quedaron para siempre adheridos con fuego en el pupitre de la escuela que la canalla incendió deliberadamente. Estos no se equivocan; por lo que resultaría obsceno referirse a los riesgos de una operación militar cuando presumen de tenerla tan medida.

Mataron y destruyeron lo programado. Con ensañamiento premeditado. Todo controlado; hasta algunas reacciones subidas de tono de sus enemigos. Poca cosa. Pero ya les valió para hacerse los víctimas y los perseguidos.
Ojalá no hubieran existido nunca.

El tiempo -incluso un breve espacio- todo lo puede. Incluso borrar la imagen de los niños carbonizados sin piernas -"futuros terroristas" dirá la canalla mercenaria y alucinada que perpetraba las "eficaces y limpias" operaciones militares-.

Recordaré siempre esta fechoría como recuerdan ellos a sus muertos.

Y recordaré a los raholeros jaleando los ataques defensivos.

Y toda esa mierda.

Bendecida por un interregno del gobierno mundial.

Al fin se ha acabado todo dirán algunos con más escrúpulos; pero ciertamente por vergüenza de decirse judios ante el ejemplo mundial que sus correligionarios -maldita religión - estaban dando. Hartos de ponerse vendas que no podían taponar la explosión de sangre y fuego provocada.

Y ahora el estado segurata; el estado asesino, respirará más tranquilo, aleluya, aleluyaahito de sangre; satisfecho de haber colmado la voracidad de su dios tabernario: obsesionado por el vino y la violencia.

Porque yo he leido la biblia.

Por eso la odio.

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