martes, 10 de febrero de 2009

Nuevo comunicado de la Banda

Por medio de otro comunicado anónimo -cual más genuino grupo clandestino-, proferido desde váyase a saber que oscuros sótanos -entre vahos y humo- la Banda ha vuelto a salir a la luz pública por medio del Hacedor que les da voz (lo cual no reprocho por cuanto que nos guste o no la Banda es la que en silencio gobierna en el granero).

La Banda -el pintoresco grupo de transfugas (o su sinónimo de discolos o apandadores)- ha venido a mantener de nuevo la que es su cantinela recurrente, a modo de autojustificación de su tropelía que les ha parapetado en su gobierno sombrío y desnortado, cautivo del factotum del que son irracionales seguidores; avisando de los peligros de un gobierno que incluyera a quien ahora, sagaces, han descubierto como un peligro para la democracia. (no lo era ni lo fue para ellos el wenki -este solo estaba allí abiertamente para pillar- a quien le regalaron la nevera y le enseñaron a hacer decretos)

Ellos, desde la más impune y vergonzante desfachatez; ellos que se han cagado en la voluntad popular (ciertamente que precaria -bien manipulada por ellos y su aparato electoral que les encumbró a golpe de paella, cesta, manojo de rosas, pachanga, inauguraciones de pluviales con merienda, vino español, y telefonazo postrero pa ver que pasa..-, pero la única legítimente manifestada que puede valer) vienen a cuestionar el talante democrático de quien no ha hecho otra cosa que desenmascarar y dejar al descubierto las vergüenzas -malolientes- de su anterior gestión y que pretendían haber comprado y amordazado -creencia comprensible pues estos pacto con minorías suelen dar pie a estas cosas- en un hábil pacto de silencio predispuesto por el gran gurú de la entretela y la estrategia. Que en el último momento falló -aunque demuestra seguir teniendo recursos-.

Patéticas lecciones de democracia proferidas por quienes han cometido la más vil actuación contra el sistema democrático: aprovechar el poder otorgado por los ciudadanos como representantes de un partido -único cauce válido, afortunadamente, de participación política de los mismos- (y en su caso, más que nunca, simples números de una lista) para travestirse, chaquetear, y usar y abusar del poder para representarse a si mismos. A la nada. A la mas absoluta indigencia política. Repitiendo panfletos monotemáticos pergeñados por el gran responsable.

Patéticos tránsfugas. Patético gobierno en la sombra que, avergonzado -por ser espuria y lacaya su actuación-, debe manifestarse desde el anonimato, desde el secreto cónclave o conciliábulo subterráneo.

Y encima sus mentores -los que los enrolaron en la lista- pretendiendo dar lecciones de gobierno a nivel insular.

No hay comentarios: