Enhorabuena seais pues.
Aun no habiéndolo logrado vosotras, se ha colmado vuestra ambición, vuestro objetivo.
Y ahora, tras vuestra larga y enconada campaña de hostilidad, tan cruelmente sutil como persistente ha logrado ser mi resistencia -también enconada y meritoria ¿Que os creeis?-, veréis traicion y maldad en mi marcha. Y furibundos anatemas y jaculatorias proferidas en idiomas imposibles se dejarán oir redoblando su eco contra los muros tiznados de sombra de la factoría, entre chirriar y regurgitar de cansados mecanismos oxidados, cual cadenas desatadas, y que recorreran como veneno subrepticio en manantial puro, las estancias sombrías y los inhóspitos recovecos deshabitados. Desnudas estancias frias en agosto.
Mas no os permitirés el lujo ni siquiera de celebrar el cumplimiento de vuestro propósito, de vuestro cierto y original designio en turbio silencio.
Porque no existe el silencio y recogimiento en la manada.
Sed en cualquier caso de enhorabuena. E id como buena manada a confortar a vuestro pastor.
Yo me abro.
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