Tengo un plan de fuga -o creo que lo tengo-.
Y los sueños se almibaran ofreciendo
difuminados paisajes de incendios y naufragios.
Predispongo pues ya hoy la nostalgia
con lo que ahora me golpea y me hiere.
Y que ese día planeado que se ofrece añoraré.
Como un gilipollas.
Me bastan los sueños no obstante,
los planes, los simulacros, los titubeos, los trazos
la pirotecnia inopinada de una mente que a veces se agita.
El humo negro en el que ella parece que arde
El mar furioso bajo el que ella se sumerge.
miércoles, 19 de agosto de 2009
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