El émulo de PJ de vacaciones

Se nota.

Algo ha escapado sin duda hoy a su control.

Pues en la redacción acaso para celebrarlo, y relajar las formas severas últimamente impostadas, dan el consabido tono "refrescante" a una durísima edición dominical de agosto de un diario local.

Tetas rotundas y retocadas, enhiestas y aguerridas. Que se exhiben encima con desvergonzado aire de reproche, obscenamente dispuestas en la página principal, a bocajarro. Mínusculos tangas que cumplen fielmente su cometido de dejar ver la carne de añojo de primera con el tapujo suficiente que evite la proscrita desnudez. Que no transparentan por que apenas tienen tela para ello.

Voluptuosas imágenes que no obstante alternar con las historias íntimas de la iglesia a la que el émulo últimamente -sagaz estrategia editorial- se había aficionado y que había dejado escritas para publicar seguramente causarán algún sobresalto en las sacristías. Donde habrá que cuidar que el diario quede doblado por delante para no ver el pecado que asoma impúdico en la contraportada. El demonio que asalta los santos lugares.

Poca eficacia cabe esperar de la estrategia emprendida por el émulo para llegar a otros lectores.

Edición refrescante sin duda la del hacedor agosteño.

Como el chapuzón de esta pava cañón -una más- que homenajea las emblemáticas calas de esta nuestra costa sur. Con un niñato de comparsa con curriculum de triunfito.

Y felicidades al intrépido cámara obstinado cuyo sudor, empapando su orgullosa Nikkon, habrá valido, tras soberanos cabreos harto de cuchicheos, la pena.