Hacía tiempo que no se les veía en acción.
A la madera.
Orondos, deshumanizados, violentos. Golpeando como juramentados posesos con su porra de goma sobre cuerpos indefensos.
Chusma cobarde y chutada liberando tensiones.
Morralla patibularia azuzada cual jauría hambrienta.
Y a la vez son agentes de la autoridad.
¿Que autoridad?
Y encima algunos tendrán un niño y una esposa que les preguntaran al volver a casa como les ha ido la jornada de trabajo.
No diran que han estando abriendo cabezas y ensañándose sobre seres humanos inermes.
Diran que ha sido un día complicado de servicio. Pero que les pagaran algun plus u hora extra. Sin necesidad de justificar moratones ni heridas.
Ellos no llegarán con marcas. Ni heridas abiertas. Y su porra anónima la dejarán en un trastero polvoriento. Como su uniforme que sin ser marrón hoy en día sigue oliendo a mierda y a violencia.
Lamentable espectáculo de los antidisturbios de la bofia causando ellos disturbios en el centro de Barcelona.
De ellos ¿Quien nos defiende?
La autoridad del mamporro y la violencia brutal incontrolada.
Autoridad inapelable si duda.
miércoles, 18 de marzo de 2009
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