jueves, 9 de julio de 2009

Muerte de un perro (o tirar de pipa)

Triste noticia la que publica hoy la prensa.

Aunque se ha esperado a que saliera a la la luz a tener un socorrido tapujo -que ha resultado solemne mantón- para intentar cubrir la salvajada. Ello demuestra precisamente la exactitud de tal calificativo.

Ahora pues ya no es que solo que alguien cometiera un error lamentable -por el motivo que fuera- y se excediera gravemente (demostrando su incapacidad para uso de las armas y el peligro que supone para la sociedad). No. Ahora ya no. Algo tan sencillo ya lo han convertido por ridículo y mal entendido corporativismo, casi cuestión de honor. Y ahora cabe decir -ellos son quienes lo han querido- que, no un agente en acción desafortunada, sino "la Guardia Civil" mató a un perro en un registro ilegal de vivienda. Y que a Tejero -el delegado del gobierno- le parece justificable, dando su solemenísimo amparo zapateril de delegado del gobierno a la trapacería que acabara con un pobre ser vivo. (luego se quejarán que se metan con Zapatero).

Es una maldita vergüenza. Para esto más vale callarse -de hecho otra gacetilla local ha hecho "mutis por el foro"-.

Acto salvaje e intolerable de quien tenía sin duda gana de tirar de pipa. Porque si tiene miedo a los perros que se dedique a otra cosa.

Pobre animal indefenso abatido de dos balazos en el pecho por quien a buen seguro si tiene como dijera sabiamente el poeta "de plomo la calavera".

Como dice la canción: de ellos ¿Quien nos defiende?

Làgrimas sinceras han manado demoradas ante la visión del animal asesinado, y del nefasto agresor, reconfortado por sucios golpecitos en la espalda de sus abnegados colegas. Que hacen, como Tejero, suya la brutal acción.

Mis más sinceras condolencias a la dueña.

No hay comentarios: