sábado, 4 de julio de 2009

Me llamaran homófobo

Pero me da igual.

La manifestación -la exhibición propiamente- del otro día en Plaza Chueca -templo de la orgía libertina homo y heterosexual e indefinida- fue como siempre una grosera y lujosa exhibición obscena no solo de culos y tetas de plástico y taparrabos de lamé y làtex (que particularmente me dan mucho asco)sino de indigencia moral e intelectual. Que es lo realmente preocupante.

Carreras de tacones para mover mejor la silicona y mantener el culo apretado.

Estos tipos hacen lumpen lo que podría ser una justa reivindicación. Que queda claro que ya no lo es.

Estos tipos, estos pollos, no reivindicaban nada más que su derecho a exhibir sus afeites y complementos de lujo. A estos tipos nadie les impide casarse ni juntarse ni hacer lo que les de la gana entre ellos y ellas.

Que hagan lo que quieran en sus casas.

Lamentable espectáculo en Chueca de los que precisamente solo pueden contribuir a denigrar y a hacer lumpen este mundo, perpetuándose en la marginalidad.
Que al parecer a algunos les hace tan felices.

Afortunadamente los días normales no se ven estas pintas, sin duda irreivindicables para la cotidianeidad.

Pero realmente ¿Representan a los homosexuales el grupo estrafalario que se exhibió el otro día en Chueca? ¿Quieren ser colectivo, irrogánsose ilegítimas representaciones?

Me permito dudarlo. Como que todos fueran homosexuales -mucho guarro/a y mucho/a dragqueen mantecosa es lo que había-.

Repugnante carnaval impúdico de patibularios rostros sin facciones mover la osamenta de sus recauchutados cuerpos pringosos. Con este calor, ponerse cuero, ya les vale.

Cierto es que no me gustan los carnavales ni en carnaval.

El mismo rechazo mostraría ante una manifestación del "orgullo del macho español" perpetrada por dobles de Alfredo Landa o Manolo Escobar, entre tantos otros.

Los pollos del otro día hacen, como siempre, el ridículo.

Que hagan lo que quieran, ciertamente, pero que no me obliguen a aplaudirlos, compadecerlos y reivindicar sus derecho a pasearse en tacones y tangas.

Que en su intimidad hagan lo que quieran.

Y si están capacitados para adoptar niños, que no exista traba que constatada tal capacidad les impida hacerlo.

Pero ¿a esos pollos les preocupa realmente adoptar niños?

A esos pollos y a esos culos andantes les preocupa otra cosa.

Y me la suda que tengan dinero y gasten mucho en sus viajes -al parecer, como todo en su vida, orgiástico-, que es otro de los manidos argumentos últimos para reinvidicarlos.

Un tanga apretujando un culo feliz y liberado de faldones y tapujos exhibido desde un balcón fue acaso la más soberana muestra de inteligencia e integridad.

Lo que rubrica una payasada de manifestación.

De los que se sienten tan orgullosos de sus plumas, tacones y taparrabos de lamé.

Que asco.

1 comentario:

Anónimo dijo...

No te preocupes, que los que "entienden" de verdad, ya saben muy bien quién es homófobo y quien no, que no se la pegan.
De los otros, olvídate, que no llegan ni a tormenta de verano.