sábado, 18 de julio de 2009

Escuela de la maldad (sobre el moobing)

El bamboleo de su trasero amasado por vividores del cuento es su aval más solvente.

La credencial que le permite ofenderme y humillarme continuamente. Y pavonearse.

El bamboleo de su trasero es el que con creces abriga la mentalidad más cerril y cuadriculada. El que la doctora en su ignorancia. Que tampoco socapa, al contrario, la turbia maldad despiadada.

Otras manejan, con vaivén de caderas, pose agresiva y mirada desafiante, con soltura y prestancia los trapillos de estreno cotidiano, entre sinuosos contoneos que tanto arropan o acogen como tiran en cara; que mas que cubrir revelan escotes insondables -que han rentabilizado pagas extras y aburrido vacaciones-, o tirachinas impúdicos que asoman obscenos sobre pantaloncitos estrechos. Todo entre cremosos afeites que hormigonan facciones aun reconocibles -y tanto-, cabellos moldeados que todavía reservan milagrosa viveza y fragancias embriagadoras y apestosas que añaden ponzoña al aire cotidiano.

Ni que decir tiene que os tengo demasiado vistas y que os sigo odiando.

Otras, sin que signifique ello necesariamente menor rango, atienden con más solicitud los menesteres y necesidades en patética competencia. Y rinden homenajes en inventadas celebraciones improvisadas para el agasajo necesario de su dueño. CAda día es un aniversario de algún hito nefasto -en tanto ella no arda-.

Y policías del tiempo precario del que no somos dueños acechan y asaltan en todos los recodos de la factoría siniestra. Miradas inquirientes. Frases amenazadoras. Sucios requerimientos y reconvenciones que traicionan arrepentidas confidencias en precarias confianzas.

Y esa serpiente cobarde que silba reproches sin mirar nunca a la cara. Y que sospecha del aire que huele siempre emponzoñado y que ella hace hiriente. Que ambienta la factoría de la malicia de la que ella es pionera.

Y luego estais vosotras, que no habéis dudado en ningunearme.

Y estás tú que te ha faltado tiempo para negociar pírricas confianzas.

Otra vez.

Sois malas.

Todas.

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