Les ha fastidiado media mañana ¡Y con el calor que hacía!
Pero, al fin, misión cumplida.
Ha habido momentos desagradables (Oh!!), pero entre sofocadas risas contarán sin rubor la aventura.
La justicia ha puesto su broche nefasto a la intransigencia.
Rubricado la intransigente avaricia.
La crueldad inhumana.
De aquellos que se dejan adorar por sus juramentados ciudadanos reducidos -por propia y ridícula voluntad- a súbditos y vasallos -no solo los fieles que le hacían hoy el trabajo sucio-.
Como dice la canción aquella: "la ley, la ley, bang, bang, la ley...."
Malditos.
Así tratais nobles de mierda a vuestros ciudadanos.
¿Quien os puediera desalojar de vuestra miseria?
De vuestra iniquidad insolente.
De vuestros tétricos palacios en que rechinan cadenas y gritos de dolor en sus oscuros recovecos; y ocultan en su subsuelo esqueletos sin nombre.
Desahuciaros de esta isla.
Lanzaros de esta sociedad que manchais.
Incívicos e inciviles.
Un senyor conde de la santa estulticia, marqués de la desfachatez, campeón del llanto, caixer senyor, ha traido la misera a una mujer y sus cuatro hijos.
Por nada.
Cuanta miseria.
Cuanta prepotencia.
Cuanta maldad.
Y encima se harán los ofendidos.
Consolados en su desaliñada indignación por su pagada cohorte a cambio de propinas -no muchas, tampoco-.
Y un coro de imbéciles adorará su estirpe en estas fiestas lacayas en que aclaman a quien humilla, hiere y arruina a conciudadanos.
Sin piedad ni vergüenza.
Malditos.
¿Quien os desalojara de vuestros fortines formidables por siempre?
¿Quien os expulsará de esta sociedad?
Que hacéis anacrónica e inhumana.
Los peores en el peor momento
Hace 4 años
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