Apoteosis del Amo

Que saca a las chicas, bien remozadas, del espeso polvo cotidiano, a la inopinada intemperie, de paseo.

Y dichosas se deharán en elogios desmedidos y le bailarán el agua. Y con laudatorias manifestaciones angelicales darán reposo a su amado bienhechor que las alimenta, y las entretiene.

Y es que es tan bueno.

Pero que le quieren tan mal, por maldita envidia, sus enemigos.

Y se pondrán aun más guapas hoy para él. Revistiendo de verosimil lozanía su sufrida pose cotidiana.

Y proclamarán en plena calle, para que todos lo sepan, que ellas son, dichosas, las adoratrices del Amo que las saca del paseo. Con descarado orgullo jactancioso.

El Amo que con ellas hoy pretenderá dar alivio a alguno de sus tabernáculos más remolones.

Y se harán notar.

Y bailarán para él, en inverosímiles contoneos. En consuetudinaria sincronia de años.

Adoratrices agradecidas tomándose un respiro.

Gracias al Amo.

Siempre gracias al Amo.

Su Amo amado.

Que es el dueño de todo su tiempo.

Mas no me veréis hoy haciendo el zángano.

Quedaré en mi guarida en silencio.

Con el mismo silencio de perro abandonado que el que me dispensais cotidiano.

Disfrutad vosotras hoy de su Apoteosis.