Que ofrece trabajo a pobres indigentes que con lo puesto -y prestado- viene de muy lejos en tropel huyendo de la miseria en pos de un espejismo de prosperidad hacia el cual ellos, magnánimos, les encaminarán.
Y que cuando ocurre algún accidente, riesgo asumido por esta gente (que encima es torpe) tienen la gentileza de acompañar a sus beneficiados a la puerta del hospital.
Así como han tirado a la basura el brazo amputado de este inmigrante boliviano hubieran podido tan tranquilamente deshacerse de él. Pero no lo han hecho. Son benefactores -van a misa y dan limosnas además (y llevan el paso de una procesión) y lo han llevado al hospital al pobre chico.
Maldita morralla empresarial.
Que nunca ha trabajado.
Que vive de la explotación más siniestra.
Ojalá perdierais vosotros vuestros brazos inútiles.
miércoles, 10 de junio de 2009
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